Mitos y verdades sobre los caballos salvajes

Se le llama caballo salvaje el que vive en la naturaleza sin interferencia humana. Ciertos están en parques nacionionales otros están totalmente en independencia.

Hay distintas críticas sobre esto de los caballo salvajes. Varias personas piensan que el caballo Przewalski es la raza única de caballo salvajes que hay pero una investigación genético determinó que son descendientes de los primeros caballos familiares con lo que no son salvajes sino más bien cimarrones asilvestrados.

Caballo cimarón

Los caballos cimarrones son esos que viven en estado «salvaje» pero cuyos antepasados no se consideran salvajes. Esto es, eran familiares y se readaptaron a la independencia.

Un cimarrón bastante habitual es el Mustang que es descendiente de los caballos de europa que llegaron a fines del siglo XV y que después fueron dejados o se escaparon.

Hoy en dia las manadas de Mustang son protegidas por el estado estadounidense. El enorme inconveniente es que compiten el espacio con áreas de ganado. Otros caballos cimarrones son los Brumbies de Australia, los Baguales de Argentina y Chile, el Marismeño en España y, el Barrano y Sorriafa en Portugal.

El Marismeño es semi-cimarrón pues sí hay intervención del hombre en su precaución. Aun hay una celebración donde se les cortan los crines y se les desparasita. Este caballo está hoy día en riesgo de extinción.

Los caballos de la Camarga francesa, los de las estepas soviéticas y ponis de Enorme Bretaña asimismo son semi-cimarrones, puesto que son criados bajo el control humano pero viven, se desplazan y nutren por su cuenta.


Caballos salvajes

Los caballos salvajes tienen una fachada rústica, resistentes a múltiples patologías y se amoldan a los cambios de tiempo. Se nutren de yerbas y plantas. El incesante movimiento provoca que sus cascos sean duros y resistentes. Su pelaje de amolda al tiempo local.

Viven en mandas y son animales de presa con lo que han creado la escapada. Las riñas entre caballos salvajes no suceden con cierta frecuencia pero por las lesiones que generan tienen la posibilidad de ser fatales para alguno de los caballos comprometidos.

Como instinto de supervivencia, las manadas están organizadas para realizar turnos de supervisión mientras que el resto pastan o están en sus periodos de sueño. Domesticar a un caballo salvaje no es realmente difícil si se efectúa una desensibilización progresiva y sin crueldad. Eso sí, va a llevar mucho más tiempo el desarrollo de amansado y desbrave.