Cuando se trata de la relación de los perros con el agua, la mayoría de las personas asume que saben nadar. Pero, ¿es realmente así?
Muchos piensan que la natación es una habilidad innata presente en todos los perros, pero desafortunadamente, como ocurre con los humanos, no siempre es así. Parece una afirmación curiosa y contradictoria dado que también existe un estilo de natación llamado «perro».
A diferencia de lo que se podría pensar, los perros no nacen con la capacidad de moverse en el agua y logran mantenerse a flote, de hecho hay varios ejemplares que se hunden como una piedra, si se dejan a merced del líquido.
Sin embargo, hay que decir que la mayoría de ellos, cuando entran en contacto con el agua y se encuentran en puntos donde no tocan el fondo, comienzan a tropezar por instinto de supervivencia, tratando de permanecer en la superficie y avanzar hacia el fondo. .
Desafortunadamente para todos los perros no es suficiente mover las patas para mantenerse a flote, de hecho, algunos ni siquiera pueden mantener la cabeza fuera del agua, y mucho menos nadar en una dirección.
Razas de perros predispuestas a nadar
Dicho esto, es bueno analizar más a fondo la relación entre el perro y el agua. De hecho, hay que decir que hay razas que están más predispuestas que otras a la natación. Esto también depende mucho de las patas, de hecho algunos ejemplares las tienen palmeadas y por tanto más adecuadas para afrontar un buen baño.
Entre las razas más conocidas recordamos algunas de estas, como: el Labrador Retriever, el Golden Retriever, el Terranova, el Duck Retriever, el Irish Water Spaniel, el Cao de Agua (perro de agua portugués), Flat Coated Retriever, el Poodle. , el pastor alemán, el perro perdiguero de peaje del pato de Nueva Escocia, etc.
Como hemos dicho antes, estos ejemplares están predispuestos a nadar, pero eso no quiere decir que cada uno de ellos deba sentir una atracción irresistible por el agua. Puede suceder que un pastor alemán y un labrador retriever ni siquiera se acerquen a un estanque para mojarse una pata y lo mismo ocurre con otras razas palmeadas.
Razas de perros no predispuestas a nadar
Entre las razas menos aptas para darse un chapuzón en el agua, ciertamente hay perros braquicéfalos (del griego «brakhys» que significa corto / corto y «képhalos» que significa cabeza). Esta categoría incluye todos aquellos ejemplares que tienen un cráneo más ancho que largo, casi de forma redonda. Estos se conocen más comúnmente como perros de hocico «aplanado».
Para dar un ejemplo práctico mencionamos algunas de las razas más conocidas como: el Boxer, el Pug, el Bulldog, el Shih Tzu, el Boston Terrier, el Pekinés, etc. Los perros caracterizados por esta conformación craneal son más propensos a sufrir problemas respiratorios, provocados por la malformación congénita de las vías respiratorias. Es precisamente por esta razón que las razas braquicefálicas respiran pesada y ruidosamente.
Otros perros que tienen dificultades para nadar son los que tienen patas cortas, como los perros salchicha, el Welsh Corgi Pembroke y el Scottish Terrier. Sin embargo, a pesar de su tamaño, existen algunos de estos ejemplares, que en muchos casos resultan ser grandes nadadores y buceadores.
En esencia, las características físicas que predisponen a un perro a nadar o no, son solo datos objetivos básicos que no impiden que un animal entre o no al agua. Cada cuadrúpedo es un individuo en sí mismo, lo que puede crear una excepción totalmente independiente de las características de la raza.
A todo esto se suma también el sabor subjetivo que hace que un perro ame o no esté en contacto con el agua.
Cómo enseñar a nadar a tu perro
Si a su perro le encanta chapotear en el agua, es posible que desee considerar enseñarle a nadar. Evidentemente este es un tipo de entrenamiento que debe realizarse tomando todas las medidas de precaución para la seguridad del animal.
La enseñanza debe realizarse de forma gradual y requiere el uso de babero o correa con collar, para evitar que su amigo de cuatro patas se hunda o se aleje demasiado de usted.
Para atraerlo a que entre al agua, lanza una pelota o un juguete para que se recupere cerca y recompensa a Fido cada vez que lleve el objeto a la orilla. Luego pruebe con lances un poco más largos, prestando siempre la máxima atención al animal.
Si el cuadrúpedo ya es un nadador experto, te sugerimos que tomes medidas de precaución de todos modos, sobre todo si quiere adentrarse en aguas profundas. Hay chalecos salvavidas especiales para perros en el mercado, especialmente diseñados para su seguridad en el agua y para permitir que el propietario nunca pierda de vista a Fido e intervenir rápidamente si es necesario.
Siempre que tu peludo amigo termine su experiencia acuática, es importante secarlo bien. Claramente, si ha estado en el mar, es recomendable enjuagarlo bien con agua dulce, para eliminar toda la sal residual y los granos de arena del cabello.
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